Sobre el uso y abuso del anonimato en Internet

Casi todos sabemos que lograr el anonimato total en Internet es prácticamente imposible: pues los avances tecnológicos en materia de informática permiten detectar rastros de direcciones de e-mail, direcciones IP, etc.

Pero considerando ciertos escenarios y suponiendo que no se hace nada “grave” usando ese anonimato, y que no se van a usar todos los medios legales y técnicos existentes para perseguir a alguien, es relativamente fácil hacerse pasar por anónimo en la red de redes.
Bajo el “amparo” del anonimato se pueden publicar mensajes en foros y blogs o con nombres y/o e-mails falsos, porque no se comprueban, así como en las distintas redes sociales, las formas de esconder la verdadera identidad pueden variar y multiplicarse de acuerdo al servicio y el navegador de Internet que utilicemos.
En tanto, los argumentos para hacerse pasar por anónimo son bien conocidos y variados. Dentro de los que podrían considerarse “lícitos” podrían mencionarse los casos de empleados que temen ser despedidos por sus jefes si se enteran que publican algo contrario a su opinión, el envío de “filtraciones” a la prensa saltándose los conductos reglamentarios, o el miedo a desvelar la identidad en ambientes que no son los habituales de una persona (por ejemplo, en grupos de auto-ayuda, de minorías, activistas sociales o cualquier otro tipo).
Pero generalmente el anonimato adquiere usos que pueden ser considerados cuestionables, ilícitos o incluso ilegales. La lista es larga: que van desde el envío de amenazas, insultos, chantajes, calumnias hasta mentiras dañinas, difamaciones y un largo etcétera.

Mayor auge en ciertos escenarios
En ciertos contextos o escenarios, esta practica parece tomar mayor auge y hasta legitimarse por la propia naturaleza, tal como por ejemplo en los tiempos electorales que estamos viviendo, oportunidad en la que la exacerbación de las ideas y las expresiones se esconden bajo el cobarde traje del anonimato, a través de mensajes que se materializan de distintas forma en el mundo virtual y conviven con las tradicionales formas de comunicar en el “mundo real”.
De hecho en Villa María, desde hace varios días, circula un blog llamado “Política y medios de Villa María”, que no tiene autor visible, y por medio del cual se realizan comentarios referidos a periodistas, comunicadores y dirigentes políticos villamarienses, con críticas ácidas, picantes y algunos términos que rozan lo burdo y la mala educación. Así también día a día en en las páginas webs de las radios se pueden leer mensaje sin firmar, al igual que en Facebok o Twitter, donde también son muy habituales mensajes con nombres falsos, sigas o pseudónimos, que se suman a los tradicionales panfletos, folletos, grafitis y manifiestos de todo tipo sin identidad que circulan por las calles.
Y si bien existen razones “legítimas” para el uso del anonimato, esas situaciones suelen ser verdaderamente excepcionales, no algo habitual. Hoy en día el abuso del anonimato sin razones que lo justifiquen ha hecho de éste una herramienta ideal para molestar sin dar la cara, insultar o amenazar: ¿A quién beneficia un mensaje X publicado por un anónimo? ¿Por qué lo hace? ¿Por qué razón realmente se está escribiendo como anónimo y no identificándose?.
El anonimato le da protección, libertad e impunidad a quien escribe mensajes sin identificarse. En estos tiempos esa modalidad de comunicación goza de una salud que cada vez le da más auge y legitimidad, lo cual molesta y lleva a plantearnos cuestiones vinculadas con la ética, los valores, los derechos que cada uno tenemos como ciudadanos de saber quienes nos informan y las obligaciones que tenemos como comunicadores de brindar información veraz, correcta y citando las fuentes de su origen.

1 comentario:

walter dijo...

Felicitaciones Luis !!! gran Iniciativa!!!!!