Nuevas tecnologías y usos del lenguaje

Las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TICs.) como Internet y el teléfono celular y los usos derivados de las mismas, tales como el chat y los mensajes de texto han provocado un cambio sustantivo en el lenguaje escrito que utilizamos para comunicarnos, principalmente entre los jóvenes y adolescentes.


Estas nuevas formas de escritura se han transformado en un fenómeno social que ha penetrado en todas las actividades de la vida cotidiana, y ha venido acompañado de no pocos debates, principalmente en el ámbito de la educación.

El uso del lenguaje emergido de de los mensajes de texto, el chat, las redes sociales, provoca modificaciones en las formas de expresión escrita que llevan a especialistas en educación a analizar profundamente las consecuencias de estas nuevas corrientes y aplicarlas a los procesos educativos.

En ese contexto, por un lado se asegura que en el mundo posmoderno individualista, hedonista, caracterizado por la apatía y caracterizado por la atomización social, la pérdida de lazos comunitarios, los cambios respecto a la concepción de familia, la seguridad, la hipermediatización, la súper abundancia de información y de tecnologías, el nuevo lenguaje que emerge por el uso que se hace de las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación tiene que ver con una forma de protesta desideologizada, descomprometida y lúdica contra el mundo existente, con una ruptura con el mundo social y cultural existente, con la construcción de un nuevo lenguaje y un nuevo orden de mundo regido por los jóvenes y con reglas producidas por ellos mismos, extrañas para los “inmigrantes digitales”, (Alejandro Piscitelli) que son los adultos o sujetos que no nacieron y se criaron en un entorno mediado por las TICs, son nuevas formas de Identidad lingüístico-cultural producidas como contracultura e identidades linguisticas.

Mientras que por otra parte, se menciona al cambio en las “identidades lingüísticas” provocado por el uso de las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) simplemente como efectos secundarios.

En la escuela..
Asimismo, cualquiera sea el panorama dado, estos efectos en la escritura de los adolescentes tiene importantes consecuencias en los contextos institucionales y educativos actuales.

En foros docentes, la mayoría coincide en que cada vez con mayor frecuencia aparecen abreviaturas propias de los SMS, el chat, Facebook o Twitter, en los exámenes o en las pruebas que se hacen en clase. Se argumenta que el alumnado acaba cometiendo faltas de ortografía porque no saben distinguir si lo correcto es el lenguaje alterado que utilizan en las conversaciones de internet y los mensajes, o el que han aprendido en la escuela.

Escribir palabras a la mitad, omitir sus vocales, sustituir el vocablo que por las letras q ó k. reemplazar de la letra ch y de la preposición simplemente por la letra x, usar de forma abusiva la letra w, así como omitir acentos, puntos, comas, signos de pregunta y admiración, entremezclar palabras españolas con palabras de procedencia norteamericana o mezclar el arroba (@) entre las a o las o son los ejemplos más comunes de este señalado “mal uso del lenguaje”.

Sin embargo, hay otros puntos de vista, otros expertos que van más allá y opinan que estas nuevas formas de lenguaje son una variante del idioma que puede ser utilizada de manera independiente al lenguaje común.

Y es aquí donde está la clave de esta problemática. Ni apocalípticos ni integrados, la clave es determinar cuáles deben ser las estrategias para poder incorporar estas nuevas identidades lingüísticas al proceso de enseñanza-aprendizaje como una forma de articular la teoría con las experiencias sociales-culturales emergentes, para contribuir a demoler prejuicios y a construir puentes con entre educadores y educandos a partir de la comprensión de este nuevo fenómeno social-cultural producido por las TICs.

Es un fenómeno que no debe ser ni abolido ni aceceptado sin cuestionamientos, sino más bien, debe ser aprendido y aprehendido para poder ser capitalizado en las prácticas educativas de la escuela actual para aprovechar las potencialidades que las Tics ofrecen y para que la misma no esté divorciada de la sociedad del siglo XXI.

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