La
guerra discursiva entre los medios del Grupo Clarín y los afines al gobierno
nacional parece recrudecerse. En ese marco, los ciudadanos “comunes” terminamos
siendo rehenes y sin entender algunas noticias. Por ello es importante tener
presentes algunas herramientas para hacer una lectura activa, reflexiva y consciente de
cada acontecimiento y no permitir que se nos confunda o manipule.
A
medida que se acrecienta el enfrentamiento ideológico, político y discursivo
entre el principal holding de medios del país, propietario del 80% de los
medios del país, y el gobierno nacional, responsable natural de determinar las
reglas del juego de poder, se incrementa la confusión del ciudadano “común”,
que de cada noticia, acontecimiento o información tiene dos versiones totalmente
opuestas. Ello resultaría, justo, lógico y democrático si se piensa en la importancia
de distintas versiones para garantizar la diversidad de voces y el desarrollo
de la libertad de información de la gente, sin embargo todo termina en un juego
“bipartita”, que definitivamente obliga al lector/oyente/televidente/cibernauta
a elegir entre la versión de la realidad que ofrece el grupo mediático
hegemónico o la postura que el gobierno quiere imponer.
Por
ello es indispensable identificar ciertos parámetros y criterios para leer las
noticias y hacer juicios propios sobre las informaciones que se nos quieren “vender”.
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¿A quién pertenece el medio de comunicación?. No siempre es fácil
identificarlo, pero hay sitios especializados, como por ejemplo www.diariosobrediarios.com que ofrecen
informes actualizados de los mapas de medios y sus propietarios. Otro elemento
importante para tener en cuenta es que hay periodistas que escriben o trabajan
en distintos medios, estos medios generalmente tienen de la misma línea editorial,
o sea la misma postura ideológica. Es inusual que un periodista trabaje en
medios con posturas diferentes.
¿Qué anunciantes aparecen en cada medio?. No solo la relación entre
el medio y el Estado orienta el rumbo y el sentido de las informaciones, son
muchas los “compromisos” comerciales que los medios tienen con distintas empresas,
lo cual puede incidir decisivamente en las noticias. Ningún medio critica a una
empresa que los auspicia.
¿La
información ha sido fruto de la búsqueda
e investigación del medio o periodista o la promueve
una parte interesada en su difusión?. Diversas fuentes acuden a los medios para
difundir noticias, generalmente por servicio o en otra importante proporción
por intereses políticos o comerciales. La naturaleza de una noticia determina
su intencionalidad. En ese sentido es indispensable ver si los medios
identifican a las fuentes que han proporcionado los datos. ¿Hablan sólo “fuentes
oficiales” o se acude a “expertas” sin explicar quiénes son?.
¿Es
sumamente importante la información? Es fundamental comparar con otro tipo
de acontecimientos y tener en cuenta en el orden que se le ha dado a cada
noticia. Es decir si aparece en la tapa de un diario y en qué lugar de ella,
con foto, solo texto. Luego ver en que sección y página se publica, así como en
qué momento de un noticiero radial o televisivo aparece la información o en qué
sector de la pantalla de un sitio web se publica.
Igualmente
es fundamental tener en cuenta si la información, ¿viene contrastada con opiniones de diferentes partes o hay una sola
versión?, ¿todas las reacciones sostienen “casualmente” la misma postura?, ¿faltan elementos para
entender la noticia?, es decir: ¿sólo aparecen datos o imágenes de contenedores
o explican las razones de la información y las visiones de todas las partes
involucradas?.
Claramente
no son criterios taxativos, ni definitivos. Es solo una aporte comunicacional
para ayudar a entender y aprovechas las noticias, para que nadie nos imponga
qué medios consumir ni interpretar las informaciones que se nos presentan.
Ideas extraídas del texto
“Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo”. Pascual Serrano. Ediciones
Península. Madrid, 2009.
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