Dilemas y desafíos del periodismo actual

La comunicación y el periodismo se encuentran en un momento muy particular. Atravesamos un contexto marcado por una notable polarización ideológica y política, que impacta decisivamente en el ejercicio de la profesión.  Vivimos en una era en la que la comunicación –a partir del auge de las redes sociales- está en todas partes. El día del periodista es una ocasión para reflexionar sobre el papel actual y el futuro de la prensa.

En pleno siglo XXI, el periodismo evidentemente ya no es mismo que aquel que sentó los primeros cimientos de la profesión en nuestro país hace más de 200 años, cuando Mariano Moreno fundaba “La Gazeta de Buenos Aires”. El ejercicio del periodismo ha cambiado sustancialmente, principalmente a partir de la evolución, transformación y convergencia  de las tecnologías de la información y la comunicación y por las incidencias de los contextos socio-políticos del país.

Impacto de las tecnologías 
En la actualidad el periodismo se constituye en una narración vertiginosa de lo que sucede en cada lugar, en cada instante, gracias ya no solo al diario de papel, la radio y la televisión, sino también y fundamentalmente a Internet en general y las redes sociales en particular.
El arrollador progreso de las TICS ha revolucionado la forma de hacer periodismo, de comunicar, de construir las noticias y la tarea de quien tiene la responsabilidad de informar: el periodista.
Gracias a la tecnología, en la actualidad, cualquier persona tiene la posibilidad de convertirse en “periodista”. Y es aquí donde reside el primer dilema del periodismo actual: ¿el periodista de oficio, el comunicador formado y recibido en la Universidad o el simple ciudadano que cuenta su realidad?, Para el primero y el segundo hacer periodismo es su trabajo y para el tercero informar sobre lo que pasa con un celular o desde su PC es una obligación moral. Entonces son estas nuevas voces, las que implican un claro desafío al profesional de la comunicación.
La tecnología ha permitido una evidente democratización de la comunicación. Tradicionalmente el periodismo era el vínculo entre el Estado, las instituciones y la ciudadanía. Ahora el ciudadano también es periodista (sin olvidar que naturalmente el periodista también es ciudadano).

Incidencia del contexto 
Por otro lado, el periodismo está pasando por un momento clave y atravesado por el contexto sociopolítico del país, marcado por una notoria polarización ideológica y política, consecuencia del enfrentamiento discursivo entre el gobierno nacional y el principal grupo de medios.
El periodista se ve casi obligado a escoger, o adaptarse y seguir al pie de la letra la línea editorial de su medio para no poner en peligro su fuente laboral, aunque sin importar su postura ideológica o su ética profesional.
Y es aquí donde surge el segundo de los dilemas del periodismo: ¿libertad de prensa o libertad de prensa?. Ese viejo planteo está en la actualidad más vigente que nunca. El profesional de la comunicación se encuentra encerrado entre la escasa libertad de prensa otorgada por la línea editorial del medio en el cual trabaja y la obligación de actuar como ciudadano. Se sabe que la objetividad y la imparcialidad no existen, pero tampoco debería existir la exacerbación ideológica imperante hoy en el ejercicio periodístico.

Los desafíos
 Entonces, se constituyen nuevos tiempos y nuevas formas visiblemente contrapuestas de comunicación, donde la información tiende a una clara horizontalidad, tal que le da férrea pelea a lo tradicional, ejerciendo una clara presión sobre los multimedios y sobre los periodistas. Pero por otra parte, subsiste un totalitarismo o verticalidad devenida de la dictadura de los intereses empresariales y políticos de los medios.
Es allí donde empieza a plantearse un cambio de paradigma: el periodista ya no es el único portador del don de informar y comunicar por los medios de comunicación. Los ciudadanos se les ponen a la par: con menos formación, pero con muchas herramientas, con menos recursos económicos, pero con más libertades.
Por lo tanto, los periodistas deben adaptarse y prepararse para marcar diferencias, para profesionalizar y dignificar la profesión, lejos de las divisiones y más cerca de la gente, lejos de las especulaciones y lo más cercano posible a la verdad.


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